La córnea es la ventana delantera transparente del ojo. Ayuda a enfocar la luz en el ojo para que podamos ver. La córnea está compuesta por capas de células. Estas capas trabajan en conjunto para proteger el ojo y proveer una visión clara.
Para tener buena visión, la córnea debe ser transparente, suave y sana. Si tiene cicatrices, está hinchada o dañada, la luz no se enfocará correctamente en el ojo. Por consiguiente, la visión es borrosa o ve un resplandor.
Si la córnea no se puede curar o reparar, en muchas ocasiones lo más aconsejable es un trasplante de córnea. Mediante este procedimiento se reemplaza la córnea enferma por una córnea transparente y saludable de un donante humano.
Un donante humano es una persona que elige donar (dar) sus córneas después de su muerte a alguien que las necesite. Todas las córneas donadas se examinan cuidadosamente para garantizar que estén saludables y que puedan ser utilizadas con seguridad.
Estas son algunas enfermedades comunes que pueden dañar la córnea y requerir un trasplante:
- Queratocono, cuando la córnea tiene forma de cono en lugar de cúpula
- La distrofia de Fuchs, cuando las células de la capa interior de la córnea no funcionan eficazmente.
- Lesiones o infecciones oculares que producen cicatrices en la córnea
- Cirugía de córnea previa u otra cirugía ocular previa que haya dañado la córnea
Existen diferentes tipos de trasplantes de córnea y de esto deriva su nombre cada uno tiene indicaciones precisas.
Trasplante de córnea de espesor total
Si tanto la capa delantera como la capa interior de la córnea están dañadas, puede que sea necesario reemplazar la córnea entera. Esto se denomina queratoplastia de penetración (QPP) o trasplante de córnea de espesor total. Mediante este procedimiento, se extrae la córnea enferma o dañada. Luego, se sutura la córnea donada en el mismo lugar.
La QPP tiene un período de recuperación más largo que otros tipos de trasplantes de córnea. Recuperar completamente la visión después de una QP puede tardar 1 año o más.
Trasplante de córnea lamelar anterior profundo
En algunas ocasiones, la capa delantera y la capa intermedia de la córnea están dañadas. En este caso, sólo se extraen esas capas. La capa endotelial, la capa posterior delgada, se mantiene en su lugar. Este trasplante se denomina queratoplastia lamelar anterior profunda (QLAP). La QLAP generalmente se utiliza para tratar el queratocono o abultamiento de la córnea.
El tiempo de recuperación de la QLAP es más corto que el del trasplante total de córnea. Además, el riesgo de que la córnea nueva sea rechazada es menor.
Trasplante endotelial
En ciertas condiciones oculares, la capa más interna de la córnea llamada “endotelio” ha sufrido daño. Esto hace que la córnea se inflame y afecte su visión. La queratoplastia endotelial es una cirugía que reemplaza esta capa de la córnea con el tejido de un donante sano. Se conoce como un trasplante parcial, ya que sólo esta capa interior de tejido es reemplazada.
Complicaciones posibles del trasplante de córnea
El rechazo del órgano se produce cuando el sistema inmunitario del cuerpo ve el tejido trasplantado como algo que no debería estar allí y trata de deshacerse de él. El rechazo constituye un problema para hasta 3 de cada 10 personas que se someten a un trasplante de córnea.
Las señales de advertencia que indican que su cuerpo está intentando rechazar el trasplante de córnea incluyen:
- dolor en el ojo
- mucha sensibilidad a la luz
- enrojecimiento del ojo
- visión nublada o borrosa
En algunas ocasiones, el trasplante de córnea puede producir otros problemas oculares, como:
- infección
- sangrado
- desprendimiento de retina (cuando el tejido que recubre la parte posterior del ojo se desprende del ojo)
- glaucoma (presión alta en el interior del ojo)
Incluso cuando los trasplantes de córnea funcionan como deberían, es posible que otros problemas oculares limiten la calidad de la visión. Por ejemplo, puede que la córnea nueva no tenga una forma curva regular (astigmatismo). O bien, usted podría tener una enfermedad ocular como la degeneración macular, el glaucoma o la retinopatía diabética.